Por qué

Asturias No a los Tratados de Libre Comercio

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Por qué No a los tratados de «libre» comercio

 

Porque responden exclusivamente a los intereses de las corporaciones, grandes empresas y grupos financieros, y son contrarios a los intereses generales de la población, la salud, la democracia y los servicios públicos.

(Hay que tener en cuenta que aquí la palabra «libre» no hace referencia a los derechos y libertades humanas en el sentido de la Declaración Universal de Derechos Humanos, sino a su acepción en economía neoliberal como sinónimo de privatización y supresión del control público y democrático de la economía.)

Un «Tratado de Libre Comercio» establece un «Área de Libre Comercio» que implica la eliminación de todo lo que pueda ser percibido por las empresas transnacionales y entidades financieras como una restricción, obstáculo o limitación para su enrequecimiento o ganancia, y el establecimiento de mecanismos legales que lo garanticen.

  • Obligan a la igualación a la baja de las normas y regulaciones legales de los países firmantes en materia de protección social, laboral, ambiental, de la salud,… Imponen que aquello que esté permitido en EE.UU. y Canadá, debe ser igualmente legal en la Unión Europea. Esto amenaza a nuestra salud y el medio ambiente: la fracturación hidráulica para extracción de hidrocarburos (fracking), los alimentos genéticamente modificados y la carne de ganado tratado con hormonas y antibióticos deberán ser permitidas sin restricciones.
  • Se prohíbe cualquier medida proteccionista, por ejemplo en materia agroganadera. La agricultura y ganadería europea se verá fuertemente perjudicada al enfrentarse en un mercado liberalizado a la agroganadería norteamericana muy intensiva, industrializada, latifundista y abusiva de biocidas, agrotóxicos y hormonas.
  • Acerca de los servicios sociales y fundamentales (garantías del cumplimiento de los derechos y necesidades humanos) como la educación, la sanidad, el agua, los residuos, las pensiones y otras prestaciones de seguridad social, se exige su privatización, y también se establece la prohibición de convertir de nuevo en servicio público cualquiera que esté ya privatizado.
  • Se blindan legalmente los intereses de las empresas transnacionales y entidades financieras. Bajo argumentos de protección comercial de «derechos de autor» o «de propiedad intelectual e industrial», se impondrán leyes abusivas de copyright y patentes «a la estadounidensa» que restringen fuertemente el acceso a la información, la educación, la investigación científica (incluida la medicina) y la cultura (p. ej. el cierre sin garantías judiciales de sitios web a petición de las autollamadas «sociedades de autores y culturales» en contra de la libertad de expresión y garantías de derechos), y se usarán para falsamente legitimar la vigilancia y espionaje de los usuarios de Internet (así, los tratados de libre comercio actuarán como «caballo de Troya» para introducir aquello que no consiguieron aprobar en anteriores tratados como el ACTA – «Anti-Counterfeiting Trade Agreement», «Acuerdo Comercial Anti-Falsificación»).
  • Coartan la democracia de forma irreversible: una vez firmados, ningún país miembro podrá adoptar ninguna medida contraria a los tratados impidiendo a la población ejercer su voluntad democrática. Prohíben que los parlamentos y gobiernos democráticos tomen decisiones que puedan afectar negativamente a los intereses económicos particulares de las empresas transnacionales y grupos financieros. Esto supone la imposibilidad de establecer medidas para un mayor control público y democrático de la economía (que la actual «crisis» ha demostrado son necesarias), para mejorar las garantías y derechos laborales de los trabajadores, o la prohibición de actividades y sustancias (como los alteradores endocrinos) potencialmente peligrosas para las personas y el medio ambiente siguiendo el «principio de precaución» (que se derogará).
  • Por encima de los estados y sistemas democráticos existentes se crea un órgano de gobierno internacional
    antidemocrático para obligar al cumplimiento de los tratados. Para obligar al cumplimiento estricto de los tratados se crea un sistema de «juzgados» económicos internacionales por encima de los sistemas de justicia de los países (ISDS, «Sistema de Resolución de Conflictos Inversor-Estado» – ICS, «Sistema de Tribunal de Inversiones») a los que pueden recurrir las empresas transnacionales y entidades financieras para demandar a los países.
  • Se están negociando de forma secreta «a puerta cerrada» entre políticos y representantes de las corporaciones, grandes empresas y grupos financieros, de forma opaca y oscurantista, negando e impidiendo no solo la participación de la población sino incluso su propio derecho a la información.

 

Nuestras vidas, salud y derechos
por encima
de los intereses privados de las empresas y los mercados.

 

Por la salud, la democracia y los servicios públicos: No a los tratados de libre comercio

 

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